No es ningún secreto: la hospitalidad del estado israelí brilla por su ausencia en todo tiempo, especialmente en tiempo de “conversaciones de paz” –así lo llaman, valga la ironía. No digamos ya si el supuesto receptor de esa hospitalidad pretende entrar en la Palestina que todavía conserva su nombre (gracias al esfuerzo de un Pueblo Palestino que, a diferencia de sus “representantes” impuestos por Washington y Tel Aviv, se dejan literalmente la piel para mantener su tierra y sus ideales como referente mundial de resistencia y dignidad). Esa hospitalidad, de la que nos hablan los operadores turísticos del sionismo a costa de la película sagrada, se transforma en prohibiciones, amenazas e intimidaciones en cuanto llegas al puesto fronterizo.
Antonio García fue detenido por el ejército israelí el pasado domingo 5 de septiembre cuando se disponía a entrar en Cisjordania para entrevistarse con médicos y campesinos palestinos. Tras la detención, fue interrogado violentamente durante más de 6 horas por agentes que trataban de obtener información bajo amenazas. Al acabar el interrogatorio de las fuerzas de la que se dice “democracia de Oriente Medio”, fue definitivamente expulsado. Le queda prohibido volver a Tierras Palestinas. Se lo prohíbe quien invade y ocupa esas tierras, roba en esas tierras, expulsa, tortura, encarcela y asesina a quienes viven en esas tierras. Se le prohíbe bajo pretexto de evitar que caiga en manos de peligrosos terroristas que realizan operaciones a corazón abierto, atienden partos y siembran sus huertos. ¿Quién es aquí el terrorista?
¡VIVA PALESTINA LIBRE!
FORO PALESTINA LIBRE DE ZARAGOZA
