Comunicado Asamblea Ciudadana Contra la Guerra. 25 mayo 2011


Éste es el décimo comunicado de la Asamblea Ciudadana Contra la Guerra en los 3 últimos meses. Es el más largo de los 10.

1. LAS GUERRAS.

Como siempre, en todas las guerras planeadas a medio y largo plazo (como ésta y tantas otras), cada semana que pasa, cuantos más cadáveres bajo los escombros, cuanto más dinero robado a la gente para asesinar a la gente, cuanta más gente asesinada para robar sus recursos, cuanto mayor es la barbarie, más silencio. Como siempre, los gobiernos “aliados” de la OTAN y sus grandes altavoces ya nos empacharon de mentiras. Ahora, la cotización en bolsa de fabricantes y traficantes de armas sube. Ahora, con el silencio basta. Pero el drama es más grave ahora que nunca. La situación es dramática allí, porque los de siempre siguen muriendo bajo las bombas democráticas, como han seguido muriendo en Afganistán (a decenas de miles), en Iraq (cientos y cientos de miles), en Pakistán (1.000 muertos por aviones no tripulados sólo en el último año) y en una lista interminable de países, durante décadas.

Santiago Alba lo resumió muy bien en 2003: “huye, niño, huye, que la democracia acaba de degollar a tu padre en el salón”. La situación también es dramática aquí, donde una multitud silenciosa consiente los crímenes más horribles y tolera, por consiguiente, ser beneficiaria de la muerte de sus iguales. En el colmo de la estupidez compasiva, somos capaces de sentir pena (lógicamente) por un niño flaco rodeado de moscas, pero sin inmutarnos por la especulación con el precio de los alimentos que se ha convertido en un negocio genocida. Somos capaces de pedir paz en liturgias autocomplacientes (como ejemplo queda la manipulación del No a la Guerra en 2003), mientras los dueños del Mundo pelean por seguir robando petróleo, por el control militar de África, por el dominio del perímetro mediterráneo, por el agua y por otros recursos que explotarán empresas privadas de Occidente. Ellos hacen negocio y nosotros, como vacas viendo pasar el tren, seguimos viendo pasar los cadáveres de nuestros semejantes. Otra vez. Sin entender que se trata de nuestros mismos cadáveres en otra parte del mundo. Sin entender que esos muertos somos nosotros y nosotras mismas en otra parte del mundo. Sin poder imaginar lo que supondría ahora mismo, sobre la Plaza del Pilar, un baño de bombas de racimo, una ducha de fósforo blanco o un banquete de uranio empobrecido. Pero no es tan difícil de imaginar: pensad que vivimos 4.000 kms más al Sur y que debajo tenemos petróleo. Con eso bastaría para que todos nosotros y nosotras gozáramos de la oportunidad de ser “salvados” de quienes nos gobiernan. Imaginad que un ejército “salvador”, después de arrasar con nuestras casas, hospitales, escuelas… y con nuestras vidas, después de destruir la basílica del Pilar, la Lonja, la Seo, el barrio entero, sólo para “liberarnos”, nos impusiera un nuevo gobierno que aplicara una política igual de nefasta o peor. Pues de eso va la película. De cada guerra se nos ha dicho que era justa y humanitaria. Hoy se nos dice que esta guerra es distinta a las demás. Lo mismo que se dijo de la anterior. Y de la anterior. Antes eran para prevenir. Ahora son para proteger… Para ayudar al desarrollo… Para hacer sostenible un proyecto económico global que asesina con y sin guerra.
Algo así ha ocurrido con Gadafi, el ex-amigo de Blair, Bush, Obama, Sarkozy, Berlusconi, Aznar, Zapatero y Juan Carlos de Borbón. El ex-amigo al que no iban a echar pero luego sí, al que no iban a matar pero sí, al buscado por el Tribunal Penal Internacional, al que amenazan quienes siempre se han negado a sentarse ante susodicho Tribunal. Menudo disparate. Menuda confusión: de “amigo” a “tirano” en pocas horas... Quizá por eso nuestro gobierno pacifista, que pasó las primeras 24 horas sin saber qué decir, sólo apoyó la intervención tras recibir las instrucciones oportunas. Ahora, los “nuevos amigos” son parte de una élite libia que desprecia a su pueblo tanto o más que el dictador al que pretende matar.

2. LIBIA Y OTROS PAÍSES.

Eso que llaman “revolución libia” fue fabricada por los servicios de inteligencia franceses, el MI6 británico y la CIA. Nuri Mesmari, ex jefe de la diplomacia, desertó a París en octubre de 2010. Mohammed el-Senoussi, príncipe heredero y aspirante a recuperar el trono, se encuentra exiliado en Londres. Khalifa Hifter, un agente de la CIA exiliado en EEUU, se autoproclamó “comandante militar de los rebeldes”. Por eso tanta prisa en reconocer el Banco Central de los rebeldes y salvar el dólar en Libia. Por eso tanta prisa en retomar el comercio de petróleo desde la costa Este. Si la OTAN atacase realmente a aquellos gobiernos que maltratan a sus pueblos habría invadido ya casi todo el planeta, incluidos sus propios países miembros. Pero el mensaje que la guerra en Libia envía a toda África es claro: “Esto mismo pasará a quien siga firmando acuerdos comerciales con China. Queremos someteros militarmente y controlar vuestros recursos naturales”. Nada más y nada menos. El resto es mentira. El ex-amigo Gadafi molestaba demasiado porque controlaba un trozo estratégico del Mediterráneo, porque hizo acuerdos con China, porque le sobraba dinero para financiar medidas asistenciales en su país y proyectos en otros países más pobres… y porque estorba a los planes del AFRICOM (el Comando Militar de EEUU para África) para militarizar el continente en su beneficio. Gadafi había entrado al juego de la corrupción a gran escala, ya era amigo de los dueños del “Mundo Desarrollado”, pero la sumisión del “amigo extravagante” no era total, y eso se paga. Por cierto: “amigo extravagante”, muy bien definido por Aznar, otro criminal de guerra pero más sincero que los actuales. Como dijo su socio Rumsfeld en 2003: “estamos en guerra y vamos a mentir”. Ahí está: asesinos, sí, pero por lo menos sinceros. Claro que lo de las armas de destrucción masiva no se lo creían ni ellos, pero que levante la mano quién se creía ahora eso de que iban a “apoyar a los pueblos en lucha por sus derechos”.
¿Apoyan al pueblo de Arabia Saudí? Sus reyes medievales avisan de que se cortará los dedos a quien salga a la calle a protestar y no pasa nada. Arabia Saudí y EEUU mantienen un acuerdo fundamental para parar las revueltas: “tú matas lo que haga falta aquí y yo me callo”, “yo invado Libia y tú me apoyas”. Y el estado sionista de Israel suspira, tranquilo pero preocupado. Israel necesitaba un sustituto temporal en el papel de “matón del barrio” y Obama sabía que no podía asomar la nariz en la zona más allá de Libia.
¿Apoyan al pueblo de Bahrein? Tanques saudíes invade Bahrein y no pasa nada. Cientos de personas mueren, son secuestradas o torturadas y no pasa nada.
¿Y en Yemen, Omán, y en los Emiratos Árabes Unidos? ¿Y en Qatar, la provincia saudí que es cabecilla de la colaboración económica y militar en esta Guerra, cuyos dueños son recibidos con honores y abrazos en su reciente visita a España? ¿Qué tal los derechos humanos por ahí? Quizá Don Juan Carlos nos pueda hablar de todos ellos. Son amigos.
Ni siquiera a Assad en Siria, supuesto enemigo, le desean un mal futuro. Está bien que tiemble su régimen, pero sin caer, que los primeros perjudicados serían ellos. Assad es lo que se llama “un enemigo útil”. Por algo en la calle, su pueblo le grita que no actúe contra ellos y sí contra la ocupación israelí. La situación de Siria no es tan mala para los planes yanqui-israelí-saudíes.
¿Y Egipto? ¿Y Túnez? Allí la revuelta sigue, ahora en otra fase. El siguiente paso es conseguir evitar que EL ÚNICO CAMBIO CONSISTA EN UN RELEVO ENTRE TIRANOS. No quieren otro perro con el mismo collar, quieren democracia y justicia, y eso es lo último que interesa a los gobiernos de la OTAN y a quienes, en ambos países, intentan controlar la situación.

3. POR QUÉ HABLAMOS DE CRÍMENES DE GUERRA.

Los actos de guerra realizados en el curso de una agresión son crímenes de guerra (Tribunal de Nuremberg, 1946). Además, en Libia se están cometiendo diversos crímenes de guerra sancionados por el Derecho Internacional Humanitario (Convenios de La Haya -1889/1907, y Ginebra -1949 y sus protocolos facultativos I y II de 1977 y muchas otras normas).
1- Los ataques a la población civil en sus viviendas en medio rural o urbano no son “errores” sino que constituyen una violación de la "Regla Fundamental" del artículo 48 del Protocolo I de 1977: dirigir las operaciones solamente contra objetivos militares.
2- Se están utilizando bombas con uranio empobrecido (como en Yugoslavia y en la Guerra del Golfo), de consecuencias catastróficas para el medio ambiente y muy útiles para multiplicar el cáncer y las malformaciones a las próximas generaciones de afortunados “liberados por la democracia”. Esto ocurre en violación de los artículos 35 (3) y 55 (1) del Protocolo I, pero es muy nutritivo para el negocio nuclear.
3- Los bombardeos reiterados sobre Trípoli constituyen un crimen de guerra según el artículo 51 del Protocolo I de Ginebra.
4- La destrucción de infraestructuras civiles es un crimen de guerra que viola el artículo 54-2 del Protocolo I.
5- El bombardeo de la TV libia es un crimen de guerra según el art. 79 del Protocolo I de Ginebra. Durante la invasión a Panamá en 1989, lo primero que hizo la aviación estadounidense fue destruir con un misil la estación de TV panameña. En 1999 bombardeó la de Belgrado matando a 14 personas. En 2001 bombardeó la sede Al-Jazeera en Kabul y lo mismo hizo en 2003 en Bagdad.
6- Son responsables de crimen de agresión quienes tomaron la decisión y la llevan a cabo, es decir, los gobernantes agresores, las autoridades de la OTAN y sus jefes militares.
7- Son autores de crímenes de guerra todos los criminales que dieron y ejecutaron las órdenes. Son cómplices por acción quienes facilitan la comisión de los mismos, entre ellos los jefes de gobierno (como el español) que permiten el uso de bases militares en su jurisdicción y los que autorizan el tránsito por su espacio aéreo de los aviones de los estados agresores en misión de ataque.
8- Son cómplices por omisión de la agresión y los crímenes de guerra (según el art. 86 del Protocolo I) los miembros de Consejo de Seguridad que se abstienen de solicitar su convocatoria y el Secretario General de Naciones Unidas, que se abstiene de convocar al Consejo de Seguridad ante la manifiesta violación de la Resolución 1973.
El Derecho Internacional también dice que tanto el Consejo de Seguridad como la Asamblea General de NNUU pueden detener la agresión contra Libia. Pero tantos años demostrando que ambos espacios de decisión son un teatro manipulado por los intereses de EEUU y sus gregarios… no vamos a esperar que el problema se resuelva ahora. Para colmo, no hay instancia judicial capaz de pedir cuentas a los grandes de este mundo por sus crímenes, pues la CPI no reúne los requisitos de independencia, imparcialidad y objetividad para esa función. Conclusión: sería un cachondeo si no fuese un crimen. Por eso insistimos, no es que haya una gran diferencia entre lo legal y lo ilegal: los asesinos en serie mundiales lo son aun cuando cumplen la ley, pero no está de más recordar que ni siquiera las normas creadas por ellos mismos tienen viso alguno de ser cumplidas.
En fin, que el saber no ocupa lugar y quien no se entere es porque no quiere. Lo siguiente sería, si no es mucho pedir, que el conocimiento nos obligase a reaccionar para no tener que ser testigos, a veces incluso cómplices involuntarios, del genocidio estructural que nuestros amaestradores políticos y sus dueños económicos provocan. Para maldecir su responsabilidad, hasta que paren, la asuman y se vayan todos.

4. IMPERIO CONTRA PUEBLOS.

Desde el final de la II Guerra Mundial, los estadounidenses han gastado más en gasto militar que la suma del resto del mundo, con la declarada intención de pacificar el planeta y afianzar la democracia. Por eso han bombardeado distintos países en 27 ocasiones. Sólo en África, EEUU es responsable de 50 “intervenciones” en los últimos 50 años. Recordad el apoyo al régimen genocida de Ruanda, recordad a Clinton en Liberia, Gabón, Congo, Sierra Leona, Sudán y Somalia, país que ha estado en guerra durante 20 años. Recordad a Bush luchando “contra el terror”, militarizando el globo, apoyando dictaduras y entrenando mercenarios (eso sí es crear empleo). La guerra contra el terrorismo ha sido la excusa más grande de todos los terrorismos, el más eficaz y sangriento: el de Imperialismo occidental, sus bombas, su uranio, sus drones (aviones no tripulados), su tráfico de drogas (pregunten a la CIA), sus masacres, sus pornográficas mentiras, su racismo criminal. El penúltimo episodio ha sido Costa de Marfil, con Francia a su servicio. Obama, el Nobel de la Paz, que no es idiota, eligió Libia para debutar con su Primera Guerra Africana. En 2009, dio un discurso en El Cairo para prometer democracia y los pueblos de la zona se echaron a temblar. Ya hemos visto por qué. El Nobel de la Paz, como sus antecesores, es capaz de pisar la cantidad de cadáveres que haga falta, de hacernos tragar las mentiras que seamos capaces de tragar, para cumplir sus objetivos económicos. Y nuestro actual gobierno pacifista, como sus antecesores, siempre listo para ponerse a los pies de sus jefes y a las órdenes de grandes empresas. En Libia son Sacyr Vallehermoso, Repsol y otras. En el resto del Mundo son las financieras, eléctricas, constructoras, energéticas, de la salud, de comunicación… así, cuando la Familia Real o los ministros españoles salgan en viaje de negocios, recordad esto: si oís hablar de la “seguridad jurídica” de “nuestras” multinacionales (que de “nuestras” no tienen nada), lo en realidad que están haciendo es extorsionar al país de visita y anunciar un desgraciado futuro a su pueblo. No lo olvidemos nunca: la guerra no acaba siendo más que la continuación de esa corrupta diplomacia “por otros medios”.
Qué importante era “ayudar al pueblo libio”, según Zapatero. Ya da igual cuántos meses se dijo que el pacifista Estado español iba a participar en esta guerra. Ya da igual el presupuesto que se dedicará a esta guerra. Ya da igual si la resolución 1973 de la ONU, que distinguía tanto a Libia de Iraq, lleva 3 meses en una trituradora de papel de un edificio de lujo en Nueva York. Ya da igual, ya no hace falta entretener a la chusma ignorante, a todos nosotros y nosotras, con un par de excusas y cuatro mentiras. O es que no aprendemos de la historia o será que en eso consiste: no aprender nunca. Entrenarse en el deporte de olvidar, el verdadero “deporte rey”. Olvidemos, pues, que el gobierno español ha multiplicado por 4 la venta de armas durante los últimos 6 años. Olvidemos que ha vendido bombas de racimo y lo que haga falta a países en conflicto, a uno y otro bando, a estados que invaden, ocupan y cometen genocidio. Olvidemos que el gobierno español no rechista ante la apología racista de la Unión Europea y su propaganda de terror contra quienes huyen de nuestras bombas y nuestros “dictadores amigos”. Olvidemos que el gobierno español tampoco mueve una pestaña cuando las heroicas fuerzas de la OTAN dejan flotando en el mar los cadáveres de esas víctimas.
La lucha sigue, la lucha de la gente sin armas. Bajo todos esos regímenes, el mero hecho de salir a la calle, ese simple gesto, representa por sí solo un desafío tal al poder que la respuesta acostumbra a consistir en un disparo a la cabeza del manifestante. Y prácticamente todos los países donde la sangre ha corrido más y más rápido para cortar las revueltas de raíz son los países gobernados por los mejores amigos de la OTAN. La relación entre represión allí e información aquí es inversamente proporcional. Es una vergüenza. Es un arma imprescindible para que todo siga igual.
Fue el 8 de noviembre en el Sáhara, el 17 de diciembre en Túnez, el 5 de enero en Argelia, el 17 en Omán, el 25 en Egipto, el 27 en Yemen, el 28 en Jordania, también en Arabia Saudí, el 30 en Sudán y Marruecos, el 14 de febrero en Bahrein, el 15 de marzo en Siria, el 15 de mayo de 2011 en Palestina, como el 7 de diciembre de 1987 y el 29 de septiembre de 2000…
Fueron más y lo seguirán siendo. En memoria de todas las personas que murieron en la calle, por las balas de su policía, ante los tanques de sus ejércitos, bajo las bombas de los nuestros, por respeto a la dignidad de todas ellas, tenemos algo que decir a los culpables de todo esto:

SOIS CRIMINALES DE GUERRA, NO SÓLO PORQUE LO DIGAMOS AQUÍ SINO PORQUE VUESTRAS PROPIAS NORMAS OS DELATAN.
NOSOTROS Y NOSOTRAS, EL PUEBLO, APOYAMOS Y DEFENDEMOS AL PUEBLO, NO VOSOTROS, VUESTRAS MENTIRAS, NI VUESTRO URANIO, NI VUESTRAS BOMBAS.
PARAD LA AGRESIÓN EN LIBIA.
PARAD EL ROBO, LAS INJERENCIAS, LAS INVASIONES.
PARAD EL APOYO A LA REPRESIÓN CRIMINAL DE LAS REVUELTAS POPULARES.
PARAD LA FABRICACIÓN Y EL COMERCIO DE ARMAS.
SI QUERÉIS TIRAR BOMBAS:
PROBAD A HACERLO EN LOS JARDINES DE VUESTRAS MANSIONES.
SI LA IDEA NO OS CONVENCE:
ESCUCHADNOS DE UNA VEZ, NO NOS REPRESENTÁIS.
NO VAIS A COMETER MÁS CRÍMENES EN NUESTRO NOMBRE.

NO A LA GUERRA. DEJAD QUE LOS PUEBLOS DECIDAN
Asamblea Ciudadana Contra la Guerra. Zaragoza. Plaza del Pilar. 25 mayo 2011.