Han pasado casi dos meses desde que la Autoridad Nacional Palestina solicitó ante Naciones Unidas su reconocimiento como miembro de pleno derecho. Durante este tiempo y pese a la supuesta importancia de esa petición, la atención mediática seguía centrada en la manipulación de asuntos como la “primavera árabe” o ese ejercicio humanitario y liberador de la OTAN que consistió en 7 meses bombardeando uranio para provocar un cambio de régimen en Libia. Y donde antes había un indeseable “ex-amigo” (al que “había que matar”), ahora hay miles de cadáveres y unos cuantos “indeseables amigos” (que matan y se matan entre ellos).
Lo que no es “primavera árabe” para la agencia terrorista (y que nadie olvide al Reino de España cuando se menciona a la OTAN) es, por ejemplo, la sangrienta represión que el pueblo de Bahrein ha sufrido por salir a la calle a pedir democracia. Los bahreinís viven sometidos a una dictadura-monarquía títere de Arabia Saudí. Médicos y enfermeras han llegado recibir condenas de 15 años de cárcel por atender a los heridos de las manifestaciones.
Lo que no es “primavera árabe” para la agencia terrorista (y que nadie olvide al Reino de España cuando se menciona a la OTAN) es, por ejemplo, la sangrienta represión que el pueblo de Bahrein ha sufrido por salir a la calle a pedir democracia. Los bahreinís viven sometidos a una dictadura-monarquía títere de Arabia Saudí. Médicos y enfermeras han llegado recibir condenas de 15 años de cárcel por atender a los heridos de las manifestaciones.
Lo mismo se puede decir de Yemen, donde ese circo llamado “comunidad internacional” tampoco habla de “primavera” y protege al régimen autoritario de Saleh, fiel aliado en la “guerra contra el terror” (nombre que recibe la principal excusa para derrocar e instalar gobiernos afines en la región). El ejército yemení bombardea ciudades y aldeas, pero aquí nadie pide intervenciones criminales ni falsas exclusiones aéreas.
En las dictaduras de Bahrein, como Qatar, EAU, Omán… están los amigos de nuestros gobiernos. Nada de lo que ellos hagan es represión o crimen porque son “de los nuestros” y, en lugar de señores feudales, les llamamos “defensores de la democracia”. Las alabanzas de Obama al Emir de Qatar no tienen desperdicio, como los besos y abrazos de Juan Carlos I con todos ellos o la actitud servil de nuestro gobierno cuando los recibe en visita oficial. ¿Por qué? Porque Arabia Saudí y sus satélites (el Consejo de Cooperación del Golfo y, en segundo término, el “núcleo duro” de la Liga Árabe) están disfrutando de un interesante pacto con EEUU y la OTAN: “yo te garantizo colaboración estratégica en la zona y tú me das vía libre para masacrar impunemente a todo el que ose reclamar libertad en la calle”. Sólo el gobierno que interese derrocar (sea dictador o no, sea malo o peor) será presentado ante la opinión pública como represor. Y la casa de Saud, hombro con hombro con el Sionismo, es ya el matón más eficiente de la OTAN en Oriente Medio.
Les ha bastado mucho menos de un año para aplastar la esperanza que salió a la calle en El Cairo, Túnez y tantos otros países. Eso es ya prehistoria. Algún cambio para que nada cambie y la “revolución” se celebre sólo en los medios occidentales. No hay reclamaciones satisfechas, sólo revueltas aplastadas o aspiraciones frustradas.
Todo eso es, pues, más que suficiente para no hablar de la solicitud de la Autoridad Nacional Palestina. Y lo poco que se ha hablado ha sido, como siempre, basado en medias verdades y completas mentiras.
1/ Palestina es un desierto de legitimidad política: de una parte, un gobierno electo en 2006 (el de Hammas) pero frustrado por intereses externos; de otra parte, una parodia de representación (la de la ANP) cuyo presidente ocupa un cargo que expiró en 2009.
2/ Si hay una cosa clara es que el pueblo palestino nunca ha consentido las concesiones incondicionales de sus representantes a la potencia ocupante como supuesta prueba de “compromiso con la paz”, mientras el sionismo sólo ha devuelto seis décadas de muerte, prisión, ocupación y expolio.
3/ “Había que hacer algo”. Consciente de que nadie en Palestina se cree ya las negociaciones (el sionismo nunca se las ha creído y Netanyahu, entre otros, ha llegado a confesarlo en público sin ningún rubor), Abbas necesitaba mover la pieza de Naciones Unidas.
4/ “Quien bien te quiere te hará llorar”. En respuesta al movimiento de Abbas, incluso quienes apoyan su permanencia como líder de la ANP lo han dejado solo: EEUU ni siquiera duda en retirar la financiación a la UNESCO para que nadie se olvide de quién es el “capo” de este circo (Israel).
Por su parte, por su siempre miserable parte, la ministra de exteriores del Reino de España retira su compromiso inicial con la ANP. Por si esto fuera poco, Trinidad Jiménez, llegó más lejos que ningún gobierno español anterior al declarar que Israel es el “hogar nacional del pueblo judío” y ponerse así al nivel de EEUU en el apoyo incondicional al apartheid. Lo que hizo esta señora fue, ni más ni menos, por ignorancia (que no creemos) o por otra razón mucho peor (que sí creemos), apoyar que todo no-judío sea expulsado de Israel. Esta señora se marcha pero sabemos que lo que venga no será mejor.
El Pueblo Palestino sigue sometido al crimen más abominable y longevo de la última mitad de siglo: una operación de limpieza étnica que, con los acontecimientos del último año en Oriente Medio, se prolonga y agrava entre el silencio de la comunidad internacional, el despiste de los protocolos diplomáticos, el desastre humanitario y (siempre y principalmente) político y los crímenes contra la humanidad por los que un día habrán de pagar muchos culpables.
Desde el Foro Palestina Libre de Zaragoza seguiremos denunciando y combatiendo todas esas mentiras y todos esos crímenes, como venimos haciendo desde hace años. Como tantos otros compañeros y compañeras alrededor del Mundo, seguiremos trabajando sin descanso hasta que el pueblo palestino y todos los demás pueblos que luchan por el derecho a decidir su destino libremente alcancen sus objetivos.
En las dictaduras de Bahrein, como Qatar, EAU, Omán… están los amigos de nuestros gobiernos. Nada de lo que ellos hagan es represión o crimen porque son “de los nuestros” y, en lugar de señores feudales, les llamamos “defensores de la democracia”. Las alabanzas de Obama al Emir de Qatar no tienen desperdicio, como los besos y abrazos de Juan Carlos I con todos ellos o la actitud servil de nuestro gobierno cuando los recibe en visita oficial. ¿Por qué? Porque Arabia Saudí y sus satélites (el Consejo de Cooperación del Golfo y, en segundo término, el “núcleo duro” de la Liga Árabe) están disfrutando de un interesante pacto con EEUU y la OTAN: “yo te garantizo colaboración estratégica en la zona y tú me das vía libre para masacrar impunemente a todo el que ose reclamar libertad en la calle”. Sólo el gobierno que interese derrocar (sea dictador o no, sea malo o peor) será presentado ante la opinión pública como represor. Y la casa de Saud, hombro con hombro con el Sionismo, es ya el matón más eficiente de la OTAN en Oriente Medio.
Les ha bastado mucho menos de un año para aplastar la esperanza que salió a la calle en El Cairo, Túnez y tantos otros países. Eso es ya prehistoria. Algún cambio para que nada cambie y la “revolución” se celebre sólo en los medios occidentales. No hay reclamaciones satisfechas, sólo revueltas aplastadas o aspiraciones frustradas.
Todo eso es, pues, más que suficiente para no hablar de la solicitud de la Autoridad Nacional Palestina. Y lo poco que se ha hablado ha sido, como siempre, basado en medias verdades y completas mentiras.
1/ Palestina es un desierto de legitimidad política: de una parte, un gobierno electo en 2006 (el de Hammas) pero frustrado por intereses externos; de otra parte, una parodia de representación (la de la ANP) cuyo presidente ocupa un cargo que expiró en 2009.
2/ Si hay una cosa clara es que el pueblo palestino nunca ha consentido las concesiones incondicionales de sus representantes a la potencia ocupante como supuesta prueba de “compromiso con la paz”, mientras el sionismo sólo ha devuelto seis décadas de muerte, prisión, ocupación y expolio.
3/ “Había que hacer algo”. Consciente de que nadie en Palestina se cree ya las negociaciones (el sionismo nunca se las ha creído y Netanyahu, entre otros, ha llegado a confesarlo en público sin ningún rubor), Abbas necesitaba mover la pieza de Naciones Unidas.
4/ “Quien bien te quiere te hará llorar”. En respuesta al movimiento de Abbas, incluso quienes apoyan su permanencia como líder de la ANP lo han dejado solo: EEUU ni siquiera duda en retirar la financiación a la UNESCO para que nadie se olvide de quién es el “capo” de este circo (Israel).
Por su parte, por su siempre miserable parte, la ministra de exteriores del Reino de España retira su compromiso inicial con la ANP. Por si esto fuera poco, Trinidad Jiménez, llegó más lejos que ningún gobierno español anterior al declarar que Israel es el “hogar nacional del pueblo judío” y ponerse así al nivel de EEUU en el apoyo incondicional al apartheid. Lo que hizo esta señora fue, ni más ni menos, por ignorancia (que no creemos) o por otra razón mucho peor (que sí creemos), apoyar que todo no-judío sea expulsado de Israel. Esta señora se marcha pero sabemos que lo que venga no será mejor.
El Pueblo Palestino sigue sometido al crimen más abominable y longevo de la última mitad de siglo: una operación de limpieza étnica que, con los acontecimientos del último año en Oriente Medio, se prolonga y agrava entre el silencio de la comunidad internacional, el despiste de los protocolos diplomáticos, el desastre humanitario y (siempre y principalmente) político y los crímenes contra la humanidad por los que un día habrán de pagar muchos culpables.
Desde el Foro Palestina Libre de Zaragoza seguiremos denunciando y combatiendo todas esas mentiras y todos esos crímenes, como venimos haciendo desde hace años. Como tantos otros compañeros y compañeras alrededor del Mundo, seguiremos trabajando sin descanso hasta que el pueblo palestino y todos los demás pueblos que luchan por el derecho a decidir su destino libremente alcancen sus objetivos.