LIBERTAD Y DIGNIDAD
En solidaridad con la huelga de hambre de las presas y presos palestinos y contra las políticas criminales de la ocupación israelí
Zaragoza 18-05-2017
En
mayo de 1948, hace 69 años, la Nakba asesinó a centenares de familias, expulsó a
800.000 personas de sus hogares e impuso el estado sionista de Israel en un
territorio llamado Palestina. El sionismo repite la historia de todo invasor:
su tierra prometida estaba vacía, en ella no vivía nadie y toda esa sangre no
corrió jamás.
Desde
el pasado 17 de abril de 2017, Día Nacional del Preso Político Palestino, unos
1.800 presos y presas se encuentran en huelga de hambre en las cárceles
israelíes en protesta por la ilegalidad y la inhumanidad de su encarcelamiento,
las detenciones administrativas, las humillaciones, las torturas, el abandono y
la violación sistemática de sus derechos fundamentales. Como respuesta, el
estado sionista de Israel ha agravado la represión y el aislamiento, prohibido
las comunicaciones y dispersado a los presos.
Autoridades
locales e internacionales de toda calaña evitan el tema. Aunque la situación es
terrorífica e infrahumana, la unidad de la causa palestina dentro de la cárcel
es mucho mayor que en ninguna otra parte. Quizá sea porque el encierro y la
tortura hacen a todos iguales y facilitan la unión en una lucha justa y
legítima.
Todo
es muy distinto cuando las jerarquías, los privilegios y el poder entran en
juego. Eso lo sabe muy bien el sionismo, como cualquier invasor colonial: su
estrategia de extorsión, chantaje y soborno funciona de maravilla. Su socio, el
presidente de los Estados Unidos, lo acaba de comprobar reuniéndose con la
presunta máxima Autoridad Palestina en la enésima farsa de esta historia. Sus
socios de la Unión Europea callan, como siempre, metidos hasta el cuello como
cómplices del genocidio.
Estamos
hablando de SIETE décadas de crímenes de todo orden. ¿Queréis hablar de
refugiados? Aquí tenéis 7 millones. ¿Queréis hablar de genocidios? Aquí tenéis
69 años. No hay un estado en el planeta que haya violado más veces el derecho
internacional con más apoyo de la llamada “comunidad internacional”. El drama sigue
a base de asesinatos, demoliciones, incendios y ampliación de las colonias. El
pasado 11 de mayo, otro manifestante fue acribillado por soldados israelíes en
la ciudad de Ramallah. Pocos días antes, una niña de 5 años y un varón de 59
morían en Gaza porque las autoridades israelíes negaron su permiso de salida y
no pudieron recibir tratamiento médico. El lunes 15, Mohamed Mayid Bakr, pescador
palestino de 23 años, fue asesinado por Israel en aguas de Gaza cuando pescaba
junto a su hermano. Casos como estos se repiten con total impunidad, todos los
días, en todas partes de ese territorio.
Marwan
Barghouti ha llamado “Batalla por la Libertad y la Dignidad” a la huelga de
hambre de los prisioneros palestinos. ¿Cuáles son las armas de cada bando en
esa batalla? ¿Por qué siguen hablando de “conflicto” para referirse a una
ocupación genocida? ¿Por qué hablan de terrorismo para referirse a la
resistencia de un pueblo invadido? ¿Por qué hablan de democracia para referirse
al secuestro y la tortura de miles de presos, muchos sin condena, entre ellos
más de 300 niños? ¿Por qué siguen mareando la perdiz de la presunta y absurda
solución de los “dos estados”, haciendo la rosca a los asesinos y riéndose de
las víctimas?
Como
nuestros hermanos y hermanas allí, nosotros y nosotras aquí repetimos que no
vamos a callar, que no nos rendiremos y que nuestra voluntad no se quebrantará.
La huelga de hambre es un medio legítimo, como cualquier otro, contra la
violación sistemática del Derecho Internacional. Ese propio Derecho reconoce la
legítima resistencia de todo pueblo ocupado y ampara al Pueblo Palestino, pero
quienes firmaron esas normas son los mismos que colaboran en su exterminio.
Solo
el fin de esta ocupación brutal permitirá una paz justa e integral, pero Israel
ha detenido a más 800.000 mil palestinos en 50 años. Eso equivale al 40% de los
varones del territorio palestino ocupado. 5.600 siguen en las celdas de la
ocupación. La ley israelí permite el colonialismo, el castigo colectivo y el
racismo para robar la tierra, expulsar al pueblo palestino y arrancar sus
raíces.
Pero
no hay tribunal, ejército, mentira, traición o dinero que pueda robar la
dignidad a la lucha de un pueblo. La huelga continúa porque Israel no deja otra
opción. El Pueblo Palestino siempre ha tenido que sacrificarse por los derechos
que le han sido negados, y lo mismo han tenido que hacer sus presos. LIBERTAD Y
DIGNIDAD es el nombre de esta huelga porque no hay paz posible entre opresor y
oprimido, solo sumisión y esclavitud. No hay paz cuando hay injusticia. No hay
paz entre prisionero y carcelero. La libertad es el único camino para la paz.
Las presas y presos palestinos no están solos, millones de personas en todo el
mundo estamos con ellos.
Por
eso exigimos a los representantes del Estado español en todos sus niveles, y
muy especialmente al Ayuntamiento de Zaragoza y la Diputación General de
Aragón:
- instar al gobierno
israelí a cumplir, de una vez por todas, con el derecho internacional
humanitario y parar la gravísima violación perpetrada contra los presos políticos
palestinos y el IV Protocolo de la Convención de Ginebra.
- desmarcarse
del silencio y la complicidad con que la comunidad internacional viene tolerando
y apoyando la ocupación y las acciones criminales del estado de Israel, así
como emprender las acciones oportunas para condenar una violación sistemática
de derechos que cumple siete décadas de antigüedad.
- tomar, de
una vez por todas, las medidas contempladas en esas mismas normas y actuar en
consecuencia cancelando cualquier tipo de cooperación diplomática, comercial,
cultural o deportiva con el estado de Israel.
- escuchar,
por una vez, la denuncia de la sociedad civil y cumplir, por dignidad y legalidad,
con los deberes y las obligaciones encomendadas en la legislación
internacional, los tratados firmados por la Unión Europea y su reconocimiento
en la Constitución Española.
- reconocer
la vergüenza que supone el hecho de que esas acciones hayan de ser emprendidas
en respuesta al reclamo de la sociedad civil y no de forma inmediata y
automática.
- pedir
disculpas al Pueblo Palestino por los años de silencio, connivencia y complicidad
con los crímenes de quien ocupa su territorio, destruye sus viviendas y cultivos,
mata y encarcela a sus familias y acusa de terrorista a todo aquel que, contra
toda forma de racismo, apele al derecho internacional para que este no se
convierta (si no lo es ya) en letra muerta.
Insistimos: “contra toda forma de racismo”, y
el sionismo es una de ellas.
El crimen es la ocupación
Justicia y libertad para las presas y presos políticos palestinos
VIVA PALESTINA LIBRE
FPLZ – 18 mayo 2017