EL "DISTRITO REBELDE" Y LA ANP


lunes, 3 de julio de 2017

Distrito rebelde

No, no es una denominación de "Los juegos del hambre". Es la denominación que los miserables de la mal llamada Autoridad Palestina acaban de utilizar para referirse la Franja de Gaza que gobierna Hamás. Quienes van de solidarios con Palestina y mantienen relaciones con este hatajo de miserables -la mal llamada Autoridad Palestina y el partido que la sustenta, Fatah- son responsables de todo lo que está ocurriendo. Sin discusión y sin medias tintas.

Los miserables de la mal llamada Autoridad Palestina acaban de dar otra vuelta a la tuerca contra Hamás y han negado el permiso de viaje al extranjero -incluso a hospitales israelíes- a pacientes con cáncer y otras enfermedades muy difíciles de tratar en los hospitales de Gaza ante la falta de instrumental adecuado y medicamentos. Según el propio Ministerio de Salud de la mal llamada Autoridad Palestina hay entre 3.000 y 4.000 pacientes que necesitan tratamiento médico inmediato, básicamente por dolencias relacionadas con el cáncer y problemas de corazón. De ellos 1.600 estaban siendo tratados en Israel y Jordania que ahora ya no lo reciben. El resto no pueden salir para ser tratados en otros países como Egipto.

Por el contrario, quien se hace pasar por presidente de la mal llamada Autoridad Palestina ha autorizado a un gato para ser tratado en Israel de una rotura de pata. No es broma.


La medida de negar los permisos para el tratamiento médico se ha tomado el 26 de junio y ya ha causado la muerte de 9 de esos pacientes. Esta infame medida se suma a otras como la reducción del suministro de electricidad a la Franja a cuatro horas diarias,  la reducción del sueldo a los funcionarios en porcentajes que van del 30% al 50% y al impago de salarios a los ex prisioneros políticos de Hamás.

Ese hatajo de miserables de la mal llamada Autoridad Palestina y quienes les apoyan, allá y acá, no están contentos con todo ello y anuncian "más medidas dolorosas y sin precedentes" para doblegar a Hamás y obligar a esta organización a aceptar los "acuerdos de conciliación" que suponen, simple y llanamente, su rendición. Entre esas medidas están "detener cualquier compra que pueda beneficiar a la Franja, sea combustible, electricidad, medicinas, gastos escolares o universitarios y así sucesivamente".

La situación es cada vez más desesperada en la Franja y está obligando a Hamás a hacer juegos malabares, desde pactar con personajes siniestros como Mohammed Dahlan -a quien se acusa de estar detrás del asesinato de Yasser Arafat-, un antiguo miembro de Fatah, hasta buscar desesperadamente algún acuerdo con Egipto para que sea posible el suministro de electricidad. En un movimiento que tal vez indique que se está a punto de lograr un acuerdo en ese sentido, Egipto ha enviado a la Franja un millón de litros de gasóleo que ha permitido un pequeño aumento, coyuntural, de las horas que los gazatíes pueden tener electricidad, pasando de cuatro a seis.

Las medidas infames que esta adoptando ese hatajo de miserables de la mal llamada Autoridad Palestina se enmarcan en la estrategia de EEUU para favorecer a Israel en todos los ámbitos internacionales y de los países árabes en el conflicto con Qatar, a quien dieron un ultimátum que cumple hoy aunque se ha prorrogado dos días más, para que -entre otras cuestiones- rompa con los Hermanos Musulmanes de los que forma parte Hamás.

Lo que todos quieren es eliminar o debilitar al "eje de la resistencia" contra Israel, del que los palestinos son el eslabón más débil. Se liquidaría así la causa palestina y los sátrapas árabes del Golfo tendrían la excusa perfecta para normalizar las relaciones con el régimen fascista de Israel que vienen buscando desde hace más de una década.

La mal llamada Autoridad Palestina está hundiendo a la Franja de Gaza aún más en la miseria. Cuando el desempleo esta en el 47% oficial y el número de personas bajo el umbral de la pobreza alcanza el 65% (también oficial), en una situación en la que no se ha reconstruido prácticamente nada de todo lo destruido por el régimen fascista de Israel tras la última matanza, se puede entender cuál es el grado de insidia de ese hatajo de miserables de la mal llamada Autoridad Palestina (y de quienes la apoyan). El bloqueo israelí no ha podido doblegar a un pueblo pero pese a ello, o por ello, se suman ahora las medidas de la mal llamada Autoridad Palestina.

La Unión Europea, tan escrupulosa con otros países y situaciones (y con sus famosos y muy democráticos valores), calla. Las famosas organizaciones de "derechos humanos" de fama internacional, también. Los progres dan cobertura política a estos miserables. No hay excusa para el silencio o la complicidad con lo que está ocurriendo.

El Lince

La Autoridad Palestina corta la electricidad a Gaza


En la tienda de electrónica de Imad Shlayl en la ciudad de Gaza, los clientes que entran en masa en el establecimiento solo están interesados en dos productos: luces LED y baterías para encenderlas.
En la ya de por sí empobrecida Gaza, sus habitantes han tenido que aprender a adaptarse a vivir con tan solo entre dos a cuatro horas de electricidad al día
Los ánimos se calentaron a finales del mes pasado, coincidiendo con la escalada de tensión con Hamás, un grupo islamista que  hace diez años arrebató el control sobre Gaza a las fuerzas leales a Mahmud Abás, el presidente de la Autoridad Palestina. En este contexto, Abbas decidió impulsar nuevos recortes en el suministro de electricidad. Ahora, la escasez marca el día a día de los habitantes de la Franja: se levantan a medianoche si hay luz para poner una lavadora o para encender las bombas de agua.
Solo unos pocos ricos tienen acceso a un suministro de electricidad frecuente y constante que les permite tener luz, nevera, televisor, internet y un ventilador con el que combatir la ola de calor de este verano.
Antes vendíamos todo tipo de productos”, indica Shlayl. “Ahora las cosas han cambiado. Solo vendemos baterías y cargadores. La crisis es de tales dimensiones que estamos vendiendo unas cien baterías al día en comparación con las veinte que vendíamos en un día normal”.
Gaza necesita 430 megavatios de electricidad para satisfacer las necesidades energéticas diarias de su población, pero solo recibe la mitad.  La única central eléctrica de la Franja suministra 60 megavatios de electricidad y ahora se está quedando sin combustible. Israel suministra el resto, previo pago de la Autoridad Palestina desde Cisjordania. 
La decisión de Abás de recortar el suministro de electricidad a Gaza se suma al hecho de que este territorio sufre desde hace once años los efectos de un bloqueo orquestado conjuntamente por Israel y Egipto. Abás se ha convertido en una figura tremendamente impopular entre los habitantes de Gaza, que se preguntan qué le empuja a castigar a dos millones de palestinos en lo que parece un intento de obligar a Hamás a ceder el control sobre el territorio.

Culpables: ¿Hamás, Israel, Abás?
Aunque la situación actual le ha permitido hacer negocio, Shlayl está indignado con unos recortes de suministro que tienen un impacto en la calidad de vida de los habitantes de Gaza y que afectan a todos los aspectos de su día a día: desde el suministro de agua potable a los servicios de urgencias de los hospitales.
No he hecho nada como para que me castiguen. Es la peor situación que puedo recordar, pero creemos que irá a más”, indica. “No solo afecta al suministro de electricidad, vamos a peor”.
Además de reducir el suministro de electricidad, la Autoridad Palestina ha recortado en más de un 30% los salarios de sus funcionarios en la Franja. Miles de funcionarios protestan en las calles de Ciudad de Gaza.
Los habitantes también culpan a Abás del retraso en la obtención del documento necesario para salir de Gaza cuando se requiere tratamiento médico. Lo cierto es que no está claro quién es el responsable de esa situación.
Los problemas de Gaza, con un desempleo que es estructural, son todavía más evidentes en las zonas más pobres.
En el campamento de refugiados de Al Shati, situado en Ciudad de Gaza, localidad natal del líder político de Hamás, muchos bloques de apartamentos están a oscuras y solo unos pocos tienen algo de luz.
Ayman Nasser, de 32 años, vende palomas y pollos en una caseta de una sola estancia situada al lado del principal mercado del campamento. Se ha sentado en la calle con sus amigos en busca de un poco de aire fresco. La luz de su teléfono móvil ilumina su cara mientras que una luz que funciona con pilas ilumina su tienda.
Parte del problema es que nadie nos da ningún tipo de explicación. ¿A quién deberíamos echarle la culpa? ¿Hamás, Israel, Abás?”, se pregunta.
Un amigo, Ashraf Kashqin, interrumpe la conversación: “Se trata de una estrategia política pero somos nosotros los que sufrimos las consecuencias de este enfrentamiento”.
Una pregunta que todos los palestinos de Gaza se hacen es qué objetivo persigue un envejecido y lejano Abás con estas medidas. Se preguntan si el objetivo final de los recortes de suministro es provocar una revuelta contra Hamás, en la línea de las manifestaciones contra los recortes de suministro de enero.

"Los gazatíes no se levantarán contra Hamás"
El mes pasado, un alto miembro del Gobierno de Fatah en Cisjordania indicó que con esta medida, la Autoridad Palestina, que ha estado pagando 12 millones de dólares al mes por la electricidad que Israel suministra a Gaza, quiere que Hamás se quede sin fondos. 
Sin embargo, muchos observadores se cuestionan el momento, el motivo y el impacto real que tendrán estos recortes de suministro sobre la población.
Entre ellos destacan los grupos de derechos humanos, como Amnistía Internacional, que han alertado de que esta crisis de Gaza se está convirtiendo en una crisis humanitaria que ya está afectando a hospitales y a instalaciones de tratamiento de residuos.
Durante diez años, el bloqueo ha privado ilegalmente a los palestinos de Gaza de sus derechos y necesidades más básicas. Tras un bloqueo ilegal y tres conflictos armados, la situación económica y las condiciones humanitarias se han deteriorado gravemente. Los últimos recortes en el suministro de electricidad podrían hacer que una situación penosa se convierta en una catástrofe humanitaria”, indica Magdalena Mughrabi, de Amnistía Internacional.
En cuanto a los motivos que han llevado a Abás a impulsar estas medidas precisamente ahora, Mohameir Abu Sa'da, analista y profesor de Ciencias Políticas en la universidad Al Azhar indica que Abás es el único que tiene la respuesta.
Sinceramente, no me creo lo que ha estado repitiendo los últimos tres meses: que impulsará medidas excepcionales contra Hamás y lo presionará para que este ceda el control de Gaza. No me lo creo porque entonces no se entiende que haya esperado diez años”, afirma.
El analista señala que “si [Abás] lo hubiera hecho cuando Hamás se hizo con el control de la ciudad, se habría salido con la suya. Ahora Abás no está castigando a Hamás sino a dos millones de palestinos. Los líderes de Hamás tienen generadores gigantes. Son los habitantes más pobres los que sufren”.
Tampoco tiene sentido cortar los salarios de las personas que se supone que son las más leales a la Autoridad Palestina y a Abás. ¿No son las mismas personas que han sido detenidas y torturadas por Hamás?”, pregunta.
Sa'da no cree que con esta medida extrema contra Gaza, Abás consiga lo que se propone y subraya el hecho de que Hamás ha sobrevivido a una década de bloqueo y a tres guerras contra Israel.
Cada vez que presionan a Hamás, estos se inventan alguna forma de esquivar el asedio”, indica. “No es una forma efectiva de luchar contra Hamás. Abás se equivoca si cree que los palestinos de Gaza se alzarán contra Hamás”.
Taher al Nounou, un asesor de Haniyeh, primer ministro de Gaza, insinúa que esta crisis se ha generado para desviar la atención y que nadie hable de los fracasos de Abás: “Abás quiere crear un clima hostil contra Hamás en Gaza, pero no lo ha conseguido. El proyecto político que impulsa desde hace once años ha fracasado porque nadie le pregunta qué ha hecho por el pueblo palestino durante ese espacio de tiempo”.
Cree que las medidas impulsadas por Abás no traerán más que problemas a los palestinos: “En el pasado, si preguntabas a la gente quién era el responsable de los problemas de Gaza, te contestaban que Israel, Hamás y tal vez Abás. Si ahora les preguntas, te contestarán que es culpa de Abás”.