¡PALESTINA NO SE VENDE!
Zaragoza, 15 de diciembre de 2017
En 1980, el parlamento israelí aprobó una ley que declaraba a Jerusalén en su totalidad como capital del estado sionista de Israel, anexionando también la parte palestina de la ciudad. La resolución 478 de Naciones Unidas declaró ilegal esa norma y obligó a los estados a trasladar sus embajadas a otras ciudades.
El
1995, el congreso de EEUU reconoció a Jerusalén como la capital de
Israel con una ley ha permanecido congelada hasta el 6 de diciembre
de 2107. La reciente declaración de Trump ataca a una de las bases
de la identidad palestina, árabe y musulmana.
Pero
esto no es la obra de un loco. Ese loco es sólo la mano ejecutora de
una estrategia que llevaba tiempo esperando esta oportunidad.
Hay
posturas ilusas o interesadas que, dentro y fuera de Palestina ,
creían en el papel negociador de EEUU ante la usurpación de los
derechos del Pueblo Palestino por parte del estado sionista. Ahora,
con esta nueva agresión, los espejismos y las mentiras han
terminado.
Pero
no nos engañemos: pasará el tiempo y los vasallos, cómodos e
interesados, seguirán obedeciendo al amo. Puede
que esta sea una nueva ocasión, una entre cientos de ocasiones, para
convencernos de lo estúpido que es dejar los mal llamados “procesos
de paz” en manos de los señores de la guerra.
Entre
los meses de octubre y noviembre se fraguó un plan entre EEUU (con
Jared Krusner, el yernísimo y asesor sionista de Trump, como
interlocutor), Arabia Saudí e Israel. El plan incluye puntos como la
renuncia a la capitalidad palestina de Jerusalén, mantener y
legalizar los asentamientos y anular el derecho al retorno de los
refugiados palestinos. La contrapartida supondría la contención de
Irán y dotar a Arabia Saudita con armamento nuclear.
No
hay sorpresas. Palestina molesta y se ofrece como moneda de cambio. El
derecho internacional solo tendrá sentido si se hace efectivo y deja
de utilizarse como la cara amable del patio de mercaderes. Para
eso hay que dejarse de declaraciones, reafirmaciones, reiteraciones,
repeticiones y teatrillos. Lo que hay que hacer es actuar con
contundencia.
En
diciembre de 2016, la resolución 2.334 del Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas condenó los asentamientos ilegales israelíes y la
política de expansión y colonización en los territorios
palestinos. La resolución dice, por ejemplo, que el
establecimiento de asentamientos por parte de Israel en el territorio
palestino ocupado desde 1967, incluida Jerusalén Oriental, no tiene
validez legal y constituye una flagrante violación del derecho
internacional. También
reitera su exigencia
de que Israel ponga fin de inmediato y por completo a todas las
actividades de asentamiento en el territorio ocupado, incluida
Jerusalén Oriental, y que respete todas sus obligaciones jurídicas
al respecto.
Los
tímidos gestos y los breves comunicados para salir del paso no
sirven. No
basta con no trasladar las embajadas. Hay que cerrarlas. Hay que
dejar de besuquearse y hacer negocios con los genocidas. Este
no es sólo un momento de “gran ansiedad” como declara el
Secretario General de Naciones Unidas, sino un momento más de
indignación y rabia ante la injusticia, el sufrimiento y la
complicidad permanentes.
De
pueblo a pueblo, desde la calle, desde el supermercado, desde las
empresas, desde la universidad, presionando a instituciones y malos
gobiernos, lo que sea necesario. Seguimos y seguiremos en el empeño
de que el Pueblo Palestino escriba su propia historia, DESDE LA
LIBERTAD Y EN LIBERTAD.
¡VIVA
PALESTINA LIBRE!
Foro Palestina Libre de Zaragoza